Para coincidir con las fechas y con el amor que debe brotar por los poros de todos este día de San Valentín, me uno al resto de las masas enamoradas recordando un evento muy importante ocurrido hace ya 80 años.
Un hombre con mucho amor por la humanidad, un tal Al Capone, quiso demostrar hasta donde llegaba su amor por su colega mafioso del norte de Chicago Bugs Moran. A tal fin le organizó una fiesta sorpresa, la velada fue muy concurrida y estuvo más o menos como se relata a continuación:
"En la mañana del 14 de febrero de 2009, en plena vigencia de la ley seca, 7 hombres de la banda de Moran estaban esperando un cargamento de cerveza en un almacén cuando llegan sorpresivamente dos autos, un Cadillac sedán y un Peerless. Dos hombres vestidos con uniforme y escopetas en mano, y otros dos más vestidos de particular se bajan del patrullero y ordenan que los 7 se pongan contra una pared. Los hombres acatan las órdenes pensando que eran policías reales. Es ahí cuando los dos de particular sacan sub-metralletas Thompson (las Thomy Guns, clásicas en cualquier película de gangsters) y empiezan a dispararles a los hombres contra la pared. El líder de la banda, Bugs Moran, se salvó al haber llegado tarde a la entrega del alcohol.
Para disfrazar lo que estaba pasando a los espectadores que pasaban por ahí, los dos “policías” “arrestan” a los asesinos y se van en uno de los autos."
Todo esto ocurrió mientras Capone estaba de vacaciones en Florida, la policía no tuvo indicios contra el, pero con un hombre tan amoroso ¿quien puede dudar que se le ocurrió la idea?
No hay comentarios:
Publicar un comentario