viernes, 31 de octubre de 2008
Candy bomber
Luego de una larga y, a veces, agitada existencia, el aeropuerto Tempelhof de Berlín dejó de operar. Muchos eventos ocurrieron en sus instalaciones, pero mi favorito fue uno de esos que le hacen a uno recordar que hay cosas buenas por las cuales luchar, entre 1948 y 1949 se peleó una guerra sin disparar una sola bala, el frente de batalla estuvo en Berlín y las armas utilizadas fueron agua, comida y combustible.
Stalin decidió que el acuerdo bajo el cual la ocupación de Berlín había sido dividida entre los aliados vencedores de la segunda guerra mundial no era tan bueno para el despues de todo, se ordenó entonces cerrar los accesos ferroviarios desde la República Federal Alemana a Berlín, condenando al hambre a los pobladores de Berlín occidental como medida de presión para lograr la retirada de Ingleses, Franceses y Estado unidenses, la respuesta fue algo que el dictador georgiano no había previsto, el puente aéreo de Berlin.
Aviones de carga comenzaron a llegar con una frecuencia cada vez mayor a la ciudad sitiada, en el momento de máxima actividad un avión aterrizaba en Tempelhof cada 90 segundos con los viveres que se necesitaban con desesperación. Un día, mientras descansaba de uno de los vuelos, el entonces Teniente Gail Halvorsen se acercó a las rejas que rodeaban el aeropuerto y les dió un par de chiclets a unos niños, al ver la reacción de ellos y que, obviamente, tan pocas golosinas no serían suficientes para todos les prometió que en su próximo vuelo traería más, para que lo pudieran reconocer les dijo que haría mover las alas de su avión antes de aterrizar así nació "Onkel Wackelflügel" (algo así como el "Tío mueve alas"), como siempre pasa las cosas grandes tienen inicios muy pequeños.
Halvorsen cumplió la promesa, en su siguiente vuelo lanzó chocolates y otras golosinas amarradas a pequeños paracaidas, la primera misión de bombardeo del candy bomber fue un exito. A partir de entonces Halvorsen dedicó todo su tiempo libre a la misión, compraba las golosinas con su propio dinero y hacía cientos de mini paracaidas para lanzarlos, las misiónes de bombardeo fueron descubiertas por la prensa y luego por el alto mando, la atención recibida causó un apoyo masivo por parte del público y las donaciones comenzaron a llegar de todos lados, pronto otros aviones se sumaron al esfuerzo, los niños de las escuelas primarias de Estados Unidos fabricaban los paracaidas, y la asociación americana de fabricantes de golosinas dio su apoyo total al esfuerzo, la operación creció al grado que, cuando Stalin levantó el bloqueo, entre 25 aviones habían lanzado unas 23 toneladas de chocolates, chiclets y caramelos a los niños que esperaban a las afueras de Tempelhof, todo esto sin dejar de cumplir su misión principal de llevar suministros a Berlín.
Por su labor humanitaria y por el trabajo posterior en favor de la cooperación entre Estados Unidos y Alemania, en 1974 el gobierno de Bonn le otorgó la Gran Cruz de la orden de mérito de la República Federal de Alemania, una de las mayores condecoraciones de ese país.
miércoles, 22 de octubre de 2008
De la estupidez humana, Cap III
El movimiento de eco-estupidos parece no poner límite a sus muestras de odio a la humanidad. Jim West de 45 años de edad residenciado en Columbia Británica, Canada, es el nuevo blanco de la ira de los grupos defensores de los derechos de los animales. ¿La razón?, West mató a una osa dejando a sus dos cachorros huerfanos, dichos cachorros debieron ser luego sacrificados por oficiales de la agencia de conservación del medio ambiente.
Ok, todos juntos... ASESINO!!!!!
Bueno, no tan rápido, resulta que el arriba mencionado asesino dio muerte a la osa con un palo usando la única mano que le quedaba sana mientras la victima (la osa) mordía repetidamente su brazo izquierdo, su cara y su cabeza.
Ahora el señor West ha pasado de ser un sobreviviente de una situación casi letal a ser el blanco de las amenazas y el acoso de los ecologistas, mientras se recupera de las heridas que necesitaron 60 puntos de sutura recibe llamadas telefónicas amenazantes y correos electrónicos no muy simpáticos. Aparentemente hay que hacer sacrificos en defensa de la naturaleza... morir parece ser un buen inicio.
Sin embargo hay algo que cualquiera debe tener en cuenta: MATO A UNA OSA CON UN PALO, no parece el tipo de persona a la cual sea recomendable amenazar.
P.D. West no es el de la foto, ese es un hippie común.
Ok, todos juntos... ASESINO!!!!!
Bueno, no tan rápido, resulta que el arriba mencionado asesino dio muerte a la osa con un palo usando la única mano que le quedaba sana mientras la victima (la osa) mordía repetidamente su brazo izquierdo, su cara y su cabeza.
Ahora el señor West ha pasado de ser un sobreviviente de una situación casi letal a ser el blanco de las amenazas y el acoso de los ecologistas, mientras se recupera de las heridas que necesitaron 60 puntos de sutura recibe llamadas telefónicas amenazantes y correos electrónicos no muy simpáticos. Aparentemente hay que hacer sacrificos en defensa de la naturaleza... morir parece ser un buen inicio.
Sin embargo hay algo que cualquiera debe tener en cuenta: MATO A UNA OSA CON UN PALO, no parece el tipo de persona a la cual sea recomendable amenazar.
P.D. West no es el de la foto, ese es un hippie común.
lunes, 20 de octubre de 2008
De la estupidez humana, Cap II
El Dr John Elliot de la Universidad Metropolitana de Leeds, Inglaterra, ha roto una nueva barrera en el conocimiento humano, demostrando que por el simple hecho de recibir un doctorado y poder dar clases en una universidad reconocida no necesariamente se deja de ser estúpido.
Aplausos al buen doctor Elliot.
Resulta que el científico en cuestión ha desarrollado un software para traducir el lenguaje de los extraterrestres, sin contar con el minusculo detalle de no tener ningún ejemplo para estudiarlo, la titánica labor se logra mediante la comparación de sesenta lenguajes terrestres impulsado por la creencia de que los seres inteligentes deben hablar según patrones reconocibles.
Obviando pequeños detalles como la falta total de rigurosidad científica ya los estraterrestes de todo el universo pueden sentirse satisfechos de que, sin importar su medio de comunicación, al llegar a la tierra serán calurosamente recibidos como lo hizo el Profesor Donald Kessler en la película Mars Attack, Tim Burton de verdad es un visionario.
Y pensar que Jean-François Champollion necesitó la Piedra de Rosetta para poder traducir los jeroglíficos egipcios...
lunes, 13 de octubre de 2008
Lunes de aviación Cap II: Sea Vixen
El de Havilland Sea Vixen nace como un desarrollo del DH.110, en un principio se habían encargado cinco prototipos del DH.110 para la RAF y cuatro para la Fleet Air Arm de la Marina, pero las esperanzas de ventas hacia ambos clientes parecieron desvanecerse cuando la RAF seleccionó al Gloster GA.5 (luego llamado Javelin) y la Marina prefirió optar por una versión mejorada del Sea Venom. Sin embargo, de Havilland siguió trabajando en los dos prototipos que habían logrado completar, el primer vuelo se efectuó el 26 de septiembre de 1951 con el avión WG236, un año después se estrellaría durante una demostración en Farnborough ocasionando la muerte de sus tripulantes y 29 espectadores lo cual obligó a realizar modificaciones y refuerzos en el aparato restante, que retrasaron las pruebas otro año.
Al cancelarse el proyecto del Sea Venom mejorado, la Marina volvió a cambiar de opinión y dijeron que si estaban interesados en el DH.110 después de todo, el segundo prototipo, el WG240, realizó pruebas en portaviones tan satisfactorias que se decidió desarrollar un avión navalizado. A partir del DH.110 se produjo el modelo DH.110 Mk.20X como prototipo del FAW.20, en 1955 se ordenaron diez aviones de desarrollo realizándose el primer vuelo el 20 de junio de 1955, la pruebas fueron tan exitosas que se ordenaron 35 aviones adicionales.
El primer FAW.20 de producción voló el 20 de marzo de 1957, las especificaciones indicaban un armamento de cuatro cañones Aden y cuatro misiles Firestreak, siendo cambiadas luego con la eliminación de los cañones y la incorporación de cohetes antiaéreos no guiados. En noviembre de 1957 el primer aparato fue entregado al escuadrón 700 de la Fleet Air Arm con la nueva designación de Sea Vixen FAW.1.
Las dos características más llamativas del Sea Vixen son la configuración de doble cola y la posición de los asientos lado a lado, el puesto del observador/operador de radar se encontraba del lado derecho y hacia abajo del piloto, esa posición era conocida con el sobrenombre del hueco del carbonero, por su casi total falta de visibilidad al exterior, y no era un trabajo popular.
Para la época el Sea Vixen era un avión muy moderno, capaz de enfrentarse con cualquier enemigo potencial, había un considerable interés de otros países, incluyendo aliados de la OTAN como Alemania y más lejanos como Australia, de Havilland comenzó a trabajar en una versión des-navalizada eliminando refuerzos y con fuselaje de láminas más delgadas, capaz de velocidades superiores al Mach 1,4, pero en ese momento el gobierno británico mostró síntomas de estupidez aguda publicando el tristemente celebre libro blanco de defensa de 1957 en el cual se decía que todos los aviones tripulados sería sustituidos por misiles, de la noche a la mañana se congelaron los nuevos desarrollos y los compradores hicieron contratos en otros países cuyos gobiernos no mostraron tales síntomas.
En 1963 entró en servicio la versión FAW.2, con los largueros de las colas agrandados para colocar más equipo electrónico y combustible y capacidad de disparar los misiles aire-aire Red Top y aire-superficie Bullpup.
La operatividad del Sea Vixen sufrió mucho por los recortes al desarrollo de equipos y armamento posteriores al libro blanco de defensa arriba mencionado, el radar no tenía capacidad de distinguir blancos volando más bajo debido a los reflejos del suelo, lo cual obligaba a realizar las intercepciones al ras del agua apuntando hacia arriba, en condiciones normales el observador/operador de radar debía hacer malabares para poder identificar los aviones enemigos y dirigir al piloto correctamente, los misiles Firestreak y Red Top eran notable por su poca confiabilidad; en misiones de ataque la carga de trabajo se invertía, el piloto debía concentrarse en la mira a tal punto que el observador debía informar continuamente de la velocidad y altitud, en los ataques en picada con lanzacohetes era común que tuviera que pinchar con un lápiz la pierna derecha del piloto para llamar su atención y obligarlo a recuperar a tiempo de evitar estrellarse.
El Sea Vixen salió de servicio en primera línea en 1972, muchos consideraron esta decisión como prematura debido a que los aviones tenían aún muchos años de vida útil aunque sus sistemas estuvieran superados, la disminución de la flota de portaviones y la entrada en servicio del Phantom aceleraron la decisión.
miércoles, 8 de octubre de 2008
El hombre más macho de Inglaterra
Hay una leyenda según la cual luego de la invasión argentina a las islas Georgias del sur y Malvinas, en una reunión del gabinete el alto mando militar estuvo largo rato explicando el por qué era imposible para Gran Bretaña recuperar las islas, al final de la presentación las palabras de Margareth Thatcher fueron:
"Hoy, al final de la tarde, quiero en mi escritorio un plan para reconquistar las islas o sus renuncias" (o algo parecido).
El resultado es que las islas se recuperaron y quedó demostrado que los militares argentinos no sirven para gobernar ni para pelear, lo cual aceleró el colapso de la dictadura. De ese modo Argentina (aunque les duela reconocerlo) le debe la democracia a uno de los políticos de pensamiento más claro del siglo XX, una mujer con los testículos bien puestos.
jueves, 2 de octubre de 2008
De la estupidez humana, Cap I
No importa cuanto vivamos ni las experiencias que tengamos en la vida, al final siempre haremos estúpidamente lo que nos dice una mujer. Después de dos semanas de resistir exitosamente las insinuaciones para ir a ver una película, que de antemano sabía era terriblemente mala, ayer caí en las invencibles garras del monstruo devorador de testículos llamado matrimonio.
Lo triste es que no salí del cine por propia convicción sino que esperé a que mi jefa dijera que podíamos irnos.
Juro que no vuelvo a dejarme convencer de nada... hasta la próxima vez.
Lo triste es que no salí del cine por propia convicción sino que esperé a que mi jefa dijera que podíamos irnos.
Juro que no vuelvo a dejarme convencer de nada... hasta la próxima vez.
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