lunes, 29 de septiembre de 2008

Lunes de aviación Cap I: F7U Cutlass



El Vought F7U Cutlass fue un avión de diseño muy avanzado el cual nunca pudo cumplir lo que de el se esperaba, difícil de mantener y con un terrible record de accidentes el F7U prestó servicio limitado con los escuadrones de primera línea de la US Navy por menos de cuatro años, se hicieron numerosas mejoras e incluso se propuso una versión de ataque, el A2U, sin embargo nunca se pudieron solucionar los múltiples defectos del Cutlass.

El Cutlass fue el resultado de una solicitud presentada en junio de 1946 por la armada, el primer vuelo tuvo lugar en septiembre de 1948 y, como anticipo de las cosas por venir, los primeros tres prototipos construidos se estrellaron.

Fue uno de los primeros aviones en emplear un sistema hidráulico para el control en vuelo, siendo esta una de las principales fuentes de fallas, si todo funcionaba bien los pilotos hablaban favorablemente de la suavidad de vuelo, tolerancia a las Gs, velocidad y robustez, sin embargo, las mismas características que le daban sus buenas prestaciones de vuelo en condiciones ideales eran también las causantes de numerosos problemas.

Desde los primeros vuelos el avión desarrolló la tendencia de entrar en perdida repentinamente al volar sin carga externa, el fabricante trató de resolver este problema y realizó muchos vuelos de prueba con cámaras dentro de la cabina para tratar de identificar la causa del comportamiento, en un primer momento se pensó que extendiendo el tren de aterrizaje, el cual activaba automáticamente los slats, se podría controlar más fácilmente el avión pero luego se demostró que si esto no se hacía durante los primeros segundos de la pérdida la situación empeoraba.

Para conseguir el ángulo de ataque adecuado para despegues y aterrizajes en portaviones el avión tenía un tren de aterrizaje delantero descomunalmente largo lo cual colocaba la canopia a 4,42 m (más alto que la punta de las derivas) limitando la visibilidad del piloto, esto obligó a rediseñar la cabina y a colocar un asiento inclinable hacia adelante. La altura de la cabina causó accidentes que no ocurrirían en otros aviones, en un caso ocurrido a bordo del USS Hancock el piloto no logró enganchar ninguno de los cables de frenado y fue a dar contra la malla de emergencia, el cable del borde superior estaba al mismo nivel de la cabina y entró en ella golpeando el casco del piloto quien murió por causa de las heridas recibidas.

El largo tren delantero mostraba una preocupante tendencia a romperse en aterrizajes fuertes, en muchos de estos casos perforando el piso de la cabina y literalmente empalando al piloto.

Uno de los mayores problemas que tuvo que enfrentarse con el F7U fue la falta de potencia de los motores, los primeros modelos usaron las turbinas J-34 de apenas 3.000 libras de empuje, de las que no vale la pena hablar ya que fueron sustituidas por las Westinghouse J-46 apenas estuvieron disponibles, al momento del cambio de motores el modelo F7U-3 había sufrido tantas modificaciones que el peso se había duplicado, esto agravado por el hecho de que las J-46 producían apenas el 60% de la potencia prometida por el fabricante. Si el piloto utilizaba los post quemadores en busca de poder adicional se enfrentaba al problema de que el consumo era mayor que la capacidad de las bombas de combustible terminando con ambos motores apagados si el uso se prolongaba más de pocos segundos. Se presentaba la curiosa situación de un avión apagado por falta de combustible con los tanques llenos, queda sobre entendido que era prácticamente imposible encender los motores en vuelo.

El F7U Cutlass fue retirado de servicio en marzo de 1959, durante el vuelo de traslado de los últimos aviones al cementerio, por no perder la costumbre, uno de los tres perdió el sistema hidráulico y tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia.

Según varios escritores el Cutlass es posiblemente el peor avión que ha prestado servicio con la US Navy, sin embargo, muchos de los defectos que lo acosaron durante su carrera fueron debidos a que el aparato estaba muy adelantado a su época, la inestabilidad que presentaba sería fácilmente corregida hoy con sistemas de control computarizados, los ineficientes motores eran típicos de los primeros años de la era del jet, de haber contado con turbinas más potentes la posición de despegue y aterrizaje habría sido normal y multitud de problemas se habrían evitado.

El Cutlass tiene en su haber muchos hitos, primer avión naval con armamento de misiles y con sistema de abastecimiento en vuelo retractil por ejemplo, pero queda la duda de que hubiera sido de un diseño tan avanzado de haber podido solucionarse los defectos.

jueves, 25 de septiembre de 2008

El Napoleón de las retiradas

En una carta fechada en Londres el 14 de febrero de 1858, Marx le escribió a Federico Engels comentando los reclamos de director del “New York Daily Tribune”, le reclamaba a Carlos Marx por el “tono prejuicioso” con que el padre del materialismo histórico había escrito un ensayo biográfico sobre Simón Bolívar y decía: "En lo que toca al estilo prejuiciado, ciertamente me he salido algo del tono enciclopédico. Pero hubiera sido pasarse de la raya querer presentar como Napoleón I al canalla más cobarde, brutal y miserable. Bolívar es el verdadero Soulouque".

La comparación con el emperador negro Soulouque, el dictador de Haití que surgió de entre los esclavos para cometer fechorías contra su propia gente, pone a Bolívar, desde la mira de Marx, en la posición de un dictadorzuelo oportunista y demagogo que había aprendido con ventajas las mañas de la "viveza criolla" americana. Marx demuestra—para profundo pesar de los adoradores del Libertador— que las campañas castrenses emprendidas por Bolívar durante la Guerra de la Independencia fueron nada más un alarde de mediocridad estratégica financiada por capitalistas ingleses y por la propia corona británica en pos de dominar el vasto mercado americano que se separaba del decadente dominio español.

Marx desmitifica el aura de genio militar que rodea a Bolívar y lo expone como un general calculador y cobarde al punto de calificarlo como "el Napoleón de las Retiradas" en alusión a recurrentes episodios donde Bolívar huye en plena batalla abandonando a sus soldados, como sucedió en agosto de 1814 durante un combate contra las tropas del realista Boves. Y por si fuera poco, Marx le endilga a Bolívar el título de traidor, acusándole de haber participado en la entrega del independentista Francisco Miranda al tirano español Monteverde.

Marcos Roitman Rosenmann y Sara Martínez Cuadrado, en el epílogo de la última edición española (Sequitur, Madrid, 2001) del ensayo que Aníbal Ponce tradujo en 1936 para su revista "Dialéctica", aseguran que "no hay uno sólo de los hechos que Marx relata que no hayan sido admitidos por los propios historiadores amigos de Bolívar". Marx odiaba a Bolívar sin tapujos. Lo odiaba por su origen de clase, por su condición de aristócrata, más que criollo, codicioso de la fama y el poder. Un "pequeño burgués" disoluto y procaz que "tras dejar en funciones al congreso granadino y al general Santander como comandante en jefe… marchó hacia Pamplona, donde pasó más de dos meses en festejos y saraos (...), con un tesoro de unos 2.000.000 de dólares, obtenidos de los habitantes de Nueva Granada mediante contribuciones forzosas, y disponiendo de una fuerza de aproximadamente 9.000 hombres, un tercio de los cuales eran ingleses, irlandeses, hanoverianos y otros extranjeros bien disciplinados", escribió Marx.

Según Aricó, la solidez de la desoladora visión marxista del mito bolivariano se sustenta en uno de los conceptos teóricos fundamentales del socialismo científico para entender los problemas anticoloniales del tercer mundo: se trata del concepto de matriz hegeliana sobre los "pueblos sin historia", según el cual los procesos revolucionarios librados al azar de un mero imperativo positivista, sin la conciencia de una clase hegemónica capaz de imponer su propia racionalidad en el marco de la lucha de clases, devienen en procesos caóticos e irracionales "que permitieron a un personaje mediocre y grotesco representar el papel de héroe". Marx describe entonces los sucesos históricos protagonizados por Bolívar como una suma de casualidades y de hechos gratuitos o "positivos", es decir contingentes, por ejemplo, cuando Marx anota que como consecuencia de las sucesivas derrotas derivadas de la manifiesta incapacidad militar de Bolívar, "a una defección seguía la otra, y todo parecía encaminarse a un descalabro total.

Una de las críticas más duras de Marx contra Bolívar se relaciona con la naciente república de Bolivia y la forma odiosamente bonapartista (en términos marxistas) con que el Libertador diseñaba la estructura del naciente Estado boliviano. Como es sabido, Bolívar se desplazó a los Andes peruanos tras una exitosa campaña en Ecuador, dejando atrás antiguas rivalidades y animadversiones que sostenía con sus propios correligionarios venezolanos y colombianos. Al fundarse Bolivia, el Libertador redactó su famosa Constitución Vitalicia, conocida por Marx como el "Código Boliviano".

"Durante las campañas contra los españoles en el Bajo y el Alto Perú (1823-1824) Bolívar ya no consideró necesario representar el papel de comandante en jefe, sino que delegó en el general Sucre la conducción de la cosa militar y restringió sus actividades a las entradas triunfales, los manifiestos y la proclamación de constituciones.

Mediante su guardia de corps colombiana manipuló las decisiones del Congreso de Lima, que el 10 de febrero de 1823 le encomendó la dictadura; gracias a un nuevo simulacro de renuncia, Bolívar se aseguró la reelección como presidente de Colombia. Mientras tanto su posición se había fortalecido, en parte con el reconocimiento oficial del nuevo Estado por Inglaterra, en parte por la conquista de las provincias altoperuanas por Sucre, quién unificó a las últimas en una república independiente, la de Bolivia. En este país, sometido a las bayonetas de Sucre, Bolívar dio curso libre a sus tendencias al despotismo y proclamó el Código Boliviano, remedo del Code Napoleón. Proyectaba trasplantar ese código de Bolivia al Perú, y de éste a Colombia, y mantener a raya a los dos primeros estados por medio de tropas colombianas, y al último mediante la legión extranjera y soldados peruanos. Valiéndose de la violencia, pero también de la intriga, de hecho logró imponer, aunque tan sólo por unas pocas semanas, su código al Perú. Como presidente y libertador de Colombia, protector y dictador del Perú y padrino de Bolivia, había alcanzado la cúspide de su gloria.…".

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Life in a jar




Irena Sendler es la mejor prueba que en el mundo no basta hacer las cosas bien, hay que ser popular,
Irena fue una enfermera polaca quien, valiendose de numerosos trucos, logró salvar más de 2.500 niños del Gheto de Varsovia.
En octubre de 1943 Irena fue arrestada por la Gestapo, la torturaron brutalmente para que diera los nombres de sus colaboradores, los nombres de los niños y sus nuevas identidades, le partieron las dos piernas, los brazos y los pies pero ella nunca dijo nada. La condenaron a muerte pero la resistencia sobornó a un soldado alemán que la dejó escapar, ella cambió de identidad y, al final de la guerra, desenterró las listas con los datos de los niños que había rescatado las cuales tenía ocultas dentro de frascos de vidrio en el jardín de una vecina y se las entregó a Adolf Berman, primer presidente del comité de salvamento de los judíos supervivientes.

Torturada por los nazis y condenada al anonimato por los comunistas (además de antinazi era anticomunista) el mundo apenas se enteró de su existencia gracias a un trabajo de investigación hecho por un grupo de estudiantes norteamericanos.

En 2007, el gobierno polaco la nominó al Premio Nobel de la Paz, el cual le fué entregado a Al Gore por su "lucha a favor del medio ambiente", algo muy divertido si se tiene en cuenta que los datos en los cuales se basó su película fueron desmentidos por el propio autor de la investigación.
Irena murio el pasado 12 de mayo, no recibió el Nobel pero al final ese tipo de concursos de popularidad no importan cuando se hacen el bien desinteresadamente. Para los niños que salvó, quienes llenaban diariamente con flores la habitación del asilo en que vivia, no hay duda de quien merecía de verdad los honores.

martes, 23 de septiembre de 2008

Un pequeño paso para el hombre...

Ok, aqui estoy, sin la menor idea de que hacer y con un blog que atender...
¿que pondré acá cuando tenga todo claro? de todo un poco, aunque principalmente las cosas que me gustan. Asi que, si alguien llega a entrar algún día, espero que lo que escriba también sea de su agrado (aunque, la verdad, no me importa porque acá las cosas serán como yo quiera).

Saludos.