Sea la razón que sea, Obama tiene la extraña tendencia de hacer reverencias al saludar a monarcas extranjeros, pero si el interlocutor es la alcaldesa de Tampa, Florida, Pam Iorio, la cosa ya es patológica; uno puede alegar que el hombre tenga una debilidad por los jefes de estado, pero una alcaldesa de una ciudad de su propio país está muy por debajo de el mismo en nivel protocolar, es alguien que ni siquiera estaría cerca de su mesa en una cena de estado en la casa blanca.
La próxima que alguien le coloque un cartel que diga Kick Me.
No hay comentarios:
Publicar un comentario