viernes, 13 de marzo de 2009

Historia de amor

Francia...

Un país lleno de historia, paisajes de ensueño, romance y (lamentablemente) franceses.

Confieso tener una relación amor-oido con Francia (amo el país, odio a la gente). Imagino que París debe se un espectaculo maravilloso desde la torre Eiffel, pero no puedo olvidar que sus habitantes permitieron la entrada de los alemanes durante la segunda guerra mundial para evitar que la destruyeran... "Es tan hermosa que no debe ser dañada" o algo así dijeron.

Debido a su posición geográfica, Francia ha sido lugar de paso de ejercitos y escenario de batallas desde que existe registro histórico, pero, con la notable excepción de Guillermo el conquistador, no recuerdo un general salido de suelo francés que haya ganado un conflicto bélico sin ayuda externa, incluso Napoleón terminó derrotado después de años de aparente invencibilidad. Además el propio Guillermo era normando lo cual significa que era más vikingo que frances, algo que en cierta medida justifica los acontecimientos.

La tendencia natural de los franceses a entregarse al primer asomo de dificultades es completamente incompatible con la actitud de superioridad del estereotipo que tenemos de los franceses, algo que llaman grandeur, esta condición ha sido blanco de chistes constantes por sus vecinos, aliados e incluso enemigos. Debe ser triste que ni tus amigos confien en tí, particularmente en estos días en que Francia está reingresando en todas las estructuras militares de la OTAN.

Para ponerlo en palabras del general George Patton:

"Prefiero tener una división alemana como enemigo que una división francesa como aliado".


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