miércoles, 10 de junio de 2009

Y ahora... ¿quien podrá ayudarnos?




Luego de una carrera ininterrumpida de más de 300 años rescatando
personas extraviadas en los caminos alpinos, el monasterio de San
Bernardo ha retirado del servicio activo los emblemáticos perros
alegando que el cuidarlos es demasiado trabajo para los cuatro
monjes que quedan en el sitio.

Es triste el saber que no se verán más estos perros caminando por las cumbres nevadas con un barril de licor al cuello, yo puedo adoptar uno si hace falta...
un barril quiero decir.